El viaducto de Millau, discurre a 245 metros del suelo, pesa 400.000 toneladas, resiste vientos de 210 kilómetros por hora y ha costado casi 300 millones de euros. La construcción del viaducto de Millau, en el sudeste de Francia, es una colosal obra de ingeniería que incluso supera en altura a la célebre Torre Eiffel, y es considerado el puente más alto del mundo.
Desafiando las leyes de la física, salvando la dificultad orográfica del valle del río Tarn, el puente prolonga en 2.460 metros la autopista A-75 para descongestionar el tráfico y acortar en más de 100 kilómetros la ruta que conecta París con el Mediterráneo. Hasta siete países europeos, entre ellos España, han participado en su construcción mientras que el diseño ha sido obra del arquitecto británico Sir Norman Foster.
El prestigioso arquitecto de Manchester tenía razones para maravillarse. El puente se apoya sobre siete grandes pilares, tiene una longitud de 2.460 metros y discurre en su punto más elevado a 245 metros del suelo. La altura alcanza los 336 metros con la suma del pilar superior y la anchura de la plataforma, que es de 4,20 metros. De resultas, la obra supera en 16 metros la estatura de la célebre Torre Eiffel.
El coste también ha dado un estirón; 300 millones de euros. Guarismos de récord Guinness que se sustentan en la tecnología más puntera. Para materializar esta faraónica infraestructura, se han empleado más de 350,000 toneladas de hormigón y otras 40,000 toneladas de acero.
Ensamblado con la precisión de un reloj suizo, este gigante ha sido concebido para resistir vientos de hasta 210 kilómetros por hora y para tener una vida útil hasta que el calendario marque el año 2029.
El termómetro no fue obstáculo para que el 20 de octubre de 2003 se rematara la construcción del pilar más alto del mundo: el P2, que alcanza una altura de 245 metros. En mayo del año siguiente, dicho sostén se unía al pilar P3, mediante una operación denominada empalme.
En la actualidad, ya es posible contemplar esos siete impresionantes pilares, fundidos con el increíble paisaje de la Gran Meseta Caliza como fondo. Cuando se encuentre plenamente operativo, este viaducto dará continuidad a la autopista A-75, que une las ciudades de Clermont–Ferrand y Béziers, localidades separadas entre sí por una distancia de 342 kilómetros.