Inaugurado en 1930, el metro de Moscú, tiene una longitud de 256 km, y contiene actualmente 138 estaciones encontrándose las más bellas en el centro de la capital.
El metro moscovita merece una visita especial, el visitante tiene la impresión de encontrarse en un palacio de grandes y espaciosas salas, está salpicado de ricos mármoles y lámparas, su fastuosa decoración, sus placas y sus mosaicos, sus columnas y sus esculturas evocan los grandes acontecimientos de la historia de la Rusia antigua y moderna.
En la estación de la Plaza de la Revolución, las estatuas de bronce representan la guardia roja de Octubre 1917, en la estación Komsomolskaïa se puede ver una estatua de Koutouzov, el vencedor de Napoleón, en la de Kievskaïa Pedro el Grande en la batalla de Poltava, en la estación Teatralnaïa, unas figuras de bailarines de todas las republicas nacionales alternando con coronas de flores.
El metro de Moscú, es muy profundo, supuso un abrigo seguro para miles de moscovitas ante los bombardeos aéreos durante la segunda guerra mundial. Su impresionante profundidad explica la ausencia casi total de escaleras y el gran numero de ascensores, año tras año se abren nuevas estaciones y se prolongan las líneas hacia los barrios más alejados, esta compuesto por 9 líneas identificadas con colores distintos para facilitar la orientación, y tiene una amplia franja horaria de funcionamiento, que és de 5h.30 a 1h.30 de la madrugada y los intervalos entre cada tren son de un minuto (un poco más de un minuto por la noche).
